Barcelona es una ciudad en la que es imposible aburrirse. Monumentos, plazas, edificios, atracciones, bares, espectáculos… ¿qué más se podría pedir?. A veces, con tantas cosas por hacer, quizás nos agobiamos un poco y no sabemos por cuál de ellas empezar, como que hacer en Barcelona este fin de semana.
Os vamos a intentar dar siete pistas, siete cosas curiosas que podéis hacer en Barcelona, para que empecéis por la que más os guste, y continuéis como queráis. Todo ello para que tengáis una pequeña idea de lo que os puede ofrecer esta ciudad.
En Barcelona podemos hacer varias cosas pero os vamos a recomendar los lugares más principales. Una de las primeras cosas que podemos hacer es visitar la Sagrada Familia, si deseas entrar tendrás que comprar una entrada, pero pero sino puedes admirarla por fuera. Siguiendo con las obras del arquitecto Antoni Gaudí, otra interesante cosa que se puede hacer en Barcelona es acercarse hasta el Paseo de Gracia y contemplar dos obras arquitectónicas, no tan famosas como la Sagrada Familia, pero no por ello menos interesantes, como son la Casa Batlló y la Pedrera. También podemos ir al Parque Güell, también diseñado por Gaudí. Como verás Gaudí es un artísta muy importante para la ciudad de Barcelona.
Una cosa que tampoco puedes olvidar hacer es pasear por la famosa Rambla de Barcelona, donde puedes hacer una parada para tomar una café, o sencillamente disfrutar del centro, la gente, o los muchos lugares de restauración que te ofrecen las Ramblas. Nuestro itinerario nos lleva ahora hasta otro de los puntos esenciales que hacer en Barcelona, el barrio gótico. Déjate llevar a través de sus estrechas y encantadoras calles, que van ofreciéndote una amplia y diversidad de curiosas, originales, clásicas y divertidas tiendas.
Siguiendo el aroma del mar, llegaremos hasta el puerto de Barcelona, otra de las muchas cosas que podemos hacer y que vale la pena pasar una tarde, contemplando los barcos, las golondrinas, el monumento a Colón, al que puedes subir y disfrutar de una vistas del Mediterráneo junto a Barcelona. También podemos ver el Maremagnum, un centro comercial, donde podemos tomar una copa, ver una película o comer en algún peculiar restaurante. Muy cerca también nos quedaría la Barceloneta, otra de las cosas recomendables que hacer en Barcelona. Disfrutar de la playa, las tranquilas y soleadas terrazas, o pasear por su paseo marítimo.
Otra de las muchísimas cosas que nos gusta hacer en Barcelona es hacer pequeñas excursiones a lugares o pueblos con encanto de la provincia barcelonesa. Algunos de estos pueblos que te recomendamos ver son: Sitges, si todavía no lo conoces por su famoso Festival de cine fántastico, puedes hacer una escapada de un día a este bonito y costero pueblo catalán. Montserrat, quizás la montaña más icónica de toda Cataluña, donde podrás visitar el monasterio y varias iglesias. Mura también es otro de los pueblos que más atrae, con sus calles empedradas y fachadas adornadas con vegetación que ha ido creciendo naturalmente a lo largo de los años en fachadas y muros. Pero además de estos bellos rincones, hay muchos otros que merecen la pena ver al menos por un día, como Tavertet, Vic, Manresa, Suria o Cardona.
La Sagrada Familia
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, o conocida simplemente como Sagrada Familla, es la obra maestra más importante de Antonio Gaudí actualmente pendiente de terminar. Sus orígenes datan de 1882 y se tiene prevista su terminación recién para el año 2041.
La idea de construir un templo dedicado a la Sagrada Familia nace de asociación cristiana muy devoto que buscaba terminar con la descristianización en el barrio de la Barcelonesa, el cual había empezado su industrialización y rápido desarrollo económico. Se adquirió un terreno en el distrito de Eixample destinado a construir este templo, en un principio a cargo del arquitecto Francisco de Paula del Villar, quien diseñó una iglesia neo gótica y lideró la construcción que comenzó en 1882.
Un año después, el arquitecto modernista Antoni Gaudí se haría cargo de la obra a sus escasos 31 años de edad. Desde ese momento, el joven Gaudí dedica gran parte de su vida a la construcción de la Sagrada Familia. En vez de ceñirse a los planes originales, Gaudí decide cambiar el diseño drásticamente, y el estilo neogótico implantado en sus comienzos por Francisco de Paula sufre una evolución hacia el modernismo característico de Gaudí, basado principalmente en formas encontradas en la naturaleza. Cuando Gaudí fallece en 1926, solo se encontraban terminadas una torre, el ábside y la cripta. Debido a que una de las características del arquitecto era su constante improvisación sobre la marcha, no fueron muchos los planos y modelos que quedaron después de su muerte, y varios de los pocos que existían fueron destruidos durante la guerra civil en 1936.
Sin embargo, los arquitectos de hoy en día tienen una visión muy clara de lo que pretendía hacer Gaudí, por lo que se ha intentado continuar con los trabajos de la manera más fiel posible al pensamiento del arquitecto. Una vez finalizada la iglesia, se espera que este constituida por 18 torres y que pueda albergar una capacidad de 13 mil personas. Cuatro torres en cada una de las tres fachadas representan a los 12 Apóstoles y otras 4 torres representan a los cuatro evangelistas. Estas torres circundaran a la torre mas alta (170 m) dedicada a Jesús Cristo, y la última torre construida en el ábside será la dedicada a la Virgen María.
Lamentablemente, después de la muerte de Gaudí la construcción de la iglesia se retrasó dramáticamente debido a la falta de fondos y a la guerra civil. La construcción volvió a retomar su ritmo recién a mediados de 1950, y desde entonces se han logrado finalizar dos fachadas y ocho torres.
La construcción actual se concentra principalmente en la nave y fachada sur conocida como la Fachada de la Gloria, en la que se representara en imágenes la vida y muerte de los hombres. La primera fachada que apunta al este se conoce como la Fachada del Nacimiento. Fue finalizada por Gaudí y su ornamentación es de estilo barroco con motivos de animales y plantas.
Frente a la Fachada del Nacimiento se encuentra la Fachada de la Pasión, cuya construcción comenzó en 1954 y se caracteriza por la abundancia de esculturas e imágenes que describe la crucifixión de Jesús. Tan pronto como se inauguro esta fachada comenzaron las críticas y la controversia, debido a que las imágenes que la caracterizan difieren mucho del estilo de Gaudí.
Aunque aun falta mucho para que esta impresionante Sagrada Familia llegue a su fin, constituye el punto de atracción más importante de Barcelona. La iglesia se encuentra abierta al público y se puede visitar sin ningún problema la cripta de Gaudí, donde además hay un museo que describe su vida y la historia de la iglesia.
Además se pueden visitar las torres ya terminadas, y a su vez coger un ascensor que le llevara hasta la cima de las torres, de donde podrá apreciar las vistas mas impresionantes de la ciudad. La Sagrada Familia es visitada por miles de tusitas cada año, muchos de los cuales deciden hospedarse en hoteles Barcelona ubicados en los alrededores de la iglesia para poder apreciar mas de cerca su magnificencia.
En los alrededores de la Sagrada Familia abundan todo tipo de tiendas de recuerdos, restaurantes, bares y hoteles que harán su estadía siempre más placentera.
El Parque Güell, una obra de arte
Una parada obligatoria si visitas la maravillosa ciudad de Barcelona es el parc guell, un parque público (Horario de invierno: todos los días de 10:00 a 18:00 h. Horario de verano: todos los días de 10:00 a 21:00 h) situado en la parte alta de la ciudad.
El parc guell fue diseñado, como muchos otros edificios emblemáticos de la ciudad, por el arquitecto Antonio Gaudí, entre 1900 y 1914. El proyecto de construcción del parque fue lanzado por el conde Güell, apellido al cual debe su nombre, que pretendía construir en los 20.000 metros cuadrados de la antiguamente llamada "Muntaya pelada" (montaña pelada) una zona residencial con parques y edificios públicos, pero el proyecto se estancó con la construcción de un solo parque y una casa que pasó a formar parte de la red de parques públicos de Barcelona en 1923.
Para entrar al parque deberás dirigirte a la calle Olot, donde se encuentra la entrada principal entre dos originales casas que antiguamente pertenecían a los porteros del parque, en la cima de una de ellas destaca la cruz típica de cuatro brazos de Gaudí lo que nos deja adivinar, incluso antes de entrar, el encanto y el arte que radia.
Un gran muro ilustrado con cuarenta medallones realizados con trocitos de cerámica, como si de un puzle se tratase, con las leyendas "Park" y "Güell" cerca toda la extensión del parque Guell. Este collage de color que inunda todo el parque es obra del arquitecto Josep Maria Jujol, quien colaboró con Gaudí como experto en este tipo de puzles de cerámica llamados "trencadís".
Francesc Berenguer, ayudante de Gaudí, construyó dentro del parque la casa piloto donde años más tarde viviría Gaudí desde 1906 a 1925. En ella podemos encontrar actualmente el museo Gaudí (de octubre a marzo de 10:00 a 17:45, de abril a septiembre de 10:00 a 19:45), donde disfrutaremos de la visión del gran talento de Gaudí y Josep Maria Pujol plasmado en dibujos, elementos de decoración y mobiliario.
Destacaremos entre todos los jardines, senderos y viaductos del parque la escultura de una salamandra realizada en trencadís que se ha convertido en el emblema del parque y de Barcelona, situada entre dos escalinatas que comunican la entrada con la plaza central del parque.
Resumiendo, el parc guell es un destino ideal si quieres dar un largo paseo y disfrutar de un entorno de naturaleza entremezclado con arte y diseño.
Hoy os proponemos un paseo, un paseo por el centro o corazón mismo de la ciudad de Barcelona, desde Plaça de Catalunya hasta el Barrio de la Merçè.
Esta es la zona de la ciudad que todo el mundo toma como referencia pues, por su situación, está cerca de todo. La Plaça de Catalunya es el límite entre la parte nueva de la ciudad (que queda hacia el norte), y la parte vieja, hacia el sur. Desde aquí arrancan avenidas tan importantes como el Passeig de Gràcia, la Rambla de Catalunya o la Rambla, además de casi el 100% de los transportes de la ciudad.
Así pues, primero de todo cogeremos hacia el mar, hacia una de las calles comerciales más importantes de la ciudad si no el que más, a saber, el Portal del Ángel o Portaferrissa, el cual nos dejará en la Plaza Real.
No obstante, y antes de empezar el paseo, recomendamos hacer una parada (para quien pueda), y tomar un café o un refresco en una de las terrazas míticas de Barcelona, en el Café Zurich. En verano la cosa está difícil porque son muchos los turistas que deciden viajar a Barcelona, pero si esperamos un poco podremos ver el ir y el venir de la ciudad que se mueve, de torbellinos de gente que se desplazan a un lado y a otro.
Si lo que pretendemos es tomar el café más tarde, desde la Puerta del Ángel podremos coger la calle Petrixol, uno de los lugares más "dulces" de la ciudad, una zona perfecta para una merienda de los de antes, a saber, con bollos, dulces y suizos (chocolate desecho cubierto de nata montada), además de toda la repostería imaginable. Entre tanta tienda de dulce encontraremos también galerías de arte, tiendas de antigüedades y librerías en las que se pueden encontrar ediciones inencontrables en las librerías normales.
Así, el ambiente más bohemio lo alcanzaremos al llegar a la plaza del Pi, un de las más pequeñas y acogedoras de la ciudad. Al lado, la plaza de Sant Josep Orial y muy cerca, dirección la Rambla, la Plaça Reial, con un toque de Gaudí incluido, las farolas. Todo un lujo.
Ya hicimos un post recomendando los museos que se podían visitar sin problemas con los niños. Así, Barcelona no sólo ofrece diversión para los niños en los museos sino que, además, es de esas ciudades que tienen lugares donde pueden divertirse por igual adultos y pequeños. Así pues, hoy también nos dedicaremos ha recomendar lugares donde los niños se puedan divertir y que supongan una experiencia auténtica también para los padres.
Una de las cosas curiosas que podemos comentar en este ambiente son las obras modernistas, de las cuales Barcelona está repleta. Las obras arquitectónicas de Gaudí, Domenech y compañía entusiasman tanto a los padres como a sus descendientes por lo que si se viaja con niños no se preocupe uno de si al pequeño le vayan a gustar lugares como, por ejemplo, el parque Güell, Sagrada Familia, la casa Batlló o el Castell dels Tres Dragons.
Otro edificio que les gustará seguro será el museo de zoología que nos dejará, además, muy cerca del propio zoo, lugar en la que los niños disfrutan en cualquier ciudad que se encuentren. Aunque el famoso gorila blanco "Copito de nieve" y no esté, los niños se divertirán contemplando las más de 450 especies que habitan el lugar. También hay opción de alquilar un coche eléctrico, dar paseos en pony, viajar en un minitren y disfrutar de espectáculos con delfines. Pasear por el cercano parque de la Ciutadella también puede ser divertido pues en sus árboles viven decenas de pájaros huidos del zoo.
Una tercera parada puede ser el Aquarium, un lugar impresionante para todas las edades. El Aquarium es el acuario más grande de Europa y ofrece varios estímulos para los niños. Además de admirarse con la cantidad y rarezas de los peces que habitan, en el Aquarium podremos disfrutar con secciones interactivas, actividades dirigidas a los niños y espectáculos familiares los fines de semana (se recomienda reservar plaza).
Además, hay varios hoteles en Barcelona con ofertas para que pasemos unos días con nuestros niños. Así pues, ésta no es más que una muestra de lo que en Barcelona se puede hacer junto a las criaturas que muchas veces se convierten en preocupación más que en divertimento. Es difícil hacer disfrutar a los niños en paseos culturales o históricos por lo que es recomendable adecuar el calendario de lo previsto con actividades como las que acabamos de comentar.
Barcelona también dispone de varios centros de entretenimientos familiares y los mimos y artistas de las ramblas se portan muy bien con ellos.
¿Sabias que la misa de los domingos a las 9 horas es gratis en la Sagrada Familia? Eso si, hasta completar el aforo.
También algunos importantes museos son gratuitos en Barcelona el primer domingo de cada mes.
Barcelona está llena de calles y plazas encantadoras pero lo sorprendente es que cada una de ellas se puede disfrutar de forma individual, es decir, que cada plaza o calle de Barcelona tiene su propio encanto particular. Y eso es precisamente lo que le ocurre a la calle Montcada, la calle más elegante y suntuosa de Barcelona hasta el siglo XVIII.
Esta larga calle del centro de Barcelona tiene sus orígenes en el siglo XIII, no obstante, la elegancia le vendrá al siglo siguiente pues las antiguas casas serán sustituidas en su mayoría por suntuosos palacios. Disfrutar de esta calle es disfrutar de su elegancia serena y contundente que lo convierte en una de las calles con más personalidad de la ciudad. Viajar por la oscuridad de esta estrecha calle es pisar sus baldosas con respeto, con miedo a que la calle nos mire mal. Una segunda cosa que llama la atención es la elegancia medieval que todavía posee la calle pues es raro que las calles construidas durante la Edad Media mantengan su sensación primaria.
El conjunto de edificios y monumentos más llamativos lo forman entre el Museo Picasso, que distribuido a lo largo de cinco preciosos palacios es uno de los museos más importantes no sólo de la ciudad sino que de toda Catalunya; el Palau Dalmases y el Palacio de los Marqueses de Llió. No obstante, lo interesante no sólo queda aquí pues también son llamativas la casa Puixuringuer, que con su curioso nombre mantiene un enorme portón de madera y aldabas de cabeza de león; la casa de Cervelló-Giudice del siglo XVI y sede de la galería Maeght, y por último la casa Josep Llonch en el número siete de la calle. Si queremos entrar nos cobrarán el precio de la entrada, pero siempre podemos ver estos sofisticados edificios por fuera totalmente gratis.
Viniendo desde la calle Princesa y después de atravesar la calle Montcada nos encontraremos con la pequeña plaza de Montcada que, por decirlo de alguna manera, prosigue con la tradición o sensación de la calle del cual es el final. La plaza siempre está llena de gente de todos los lados, típica del barrio de la Ribera y aunque no es obligatorio, sí que es muy recomendable tomarse algo en una de las numerosas terrazas de la plaza y dejar que nuestros ojos se guíen solos hacia lo más llamativo del entorno.
En fin, la Barcelona medieval tiene en la calle Montcada un lugar y seguidor excepcional y el turista que pasee por estos lares recordará para siempre la oscura sensación de la calle extrañamente acogedora.
La Basílica de la Mare de Déu de la Merçé, (es decir, la Basílica de Nuestra Señor de la Merced), es una iglesia barroca situada en el Barrio Gótico de Barcelona, más exactamente en la plaza de la Merçé como bien indica su nombre. Conocida simplemente como la Basílica de la Merced, es una edificación de construcción muy rápida (entre 1765 y 1775) del arquitecto catalán Josep Mas i Dordal. Como ya se ha comentado, está dedicada a la virgen de la Merced, que es patrona de Barcelona, lo que le da cierta importancia a la iglesia en el ámbito religioso.
La iglesia actual se levantó sobre una anterior de la época medieval, que construida entre 1249 y 1267, tuvo una ampliación del estilo gótico en los siglos XIV y XV. Actualmente, la iglesia consta de una planta contrarreformista, de cruz, con una sola nave central amplia y dos naves en sus laterales delante de las capillas.
La iglesia en general es heredera del estilo gótico y contiene un transpeto con cúpula sobre el crucero. Del mismo modo que pasaba con la Iglesia de Santa Eulalia de Esparraguera, la Basílica de la Merced tiene una monumentalidad impresionante en su interior. Con una decoración delicada del estilo rococó, contiene ricos revestimientos en mármol.
En cuanto a la fachada, ésta presenta dos cuerpos de altura y se articula por pilastras de estilo corintio. Su pared es ondulante, de influencia borrominesca (para nada usual en las construcciones de Barcelona) con la intención de conseguir una mejor visibilidad porque en su origen se supone fue cerrado (dado que cuando se construyó no existía la plaza de la Merçé), daba a una calle estrecha. La fachada es rematada por un frontón tirangular en su parte superior, dándole la impresión de construcción clásica. En 1870 se incorporó otra fachada en la calle adyacente con un estilo gótico flamígero del siglo XV, fachada que fue trasladada de la antigua iglesia de Sant Miquel.
En fin, la Basílica de la Merced tiene el interés necesario de las pequeñas cosas que uno se encuentra paseando por Barcelona. A pesar de ser la basílica que está dedicada a la patrona de la ciudad su majestuosidad queda lejos de la Sagrada Familia o la Catedral del Mar, por lo que se podrá disfrutar de ella con más intimidad.
1.- Espectáculos de baile flamenco
Barcelona es una ciudad de espectáculos. Por ejemplo, nos decantamos por el baile flamenco, y el mejor lugar para ver flamenco en Barcelona es el Tablao Flamenco Cordobés, situado en las Ramblas, 35. Podéis cenar mientras asistís a un espectáculo.
2.- Visitar el Nou Camp
El Nou Camp es uno de los estadios de fútbol más impresionantes del mundo. Si os gusta el fútbol, y si encima sois del Barça, adelante. Incluso si no lo sois, también.
3.- Visitar el Mercado de la Boquería
Ya sé que iréis a algún restaurante o bar a comer, pero el Mercado de la Boquería es un lugar imprescindible para ir en Barcelona. Ya no sólo por sus productos, sino incluso por su arquitectura.
4.- Barcelona en helicóptero
¿Qué mejor manera que apreciar Barcelona a más de dos mil pies de altura?. Disfrutaréis con las vistas del Tibidabo, la Torre Agbar o la Montaña de Montserrat. Sin duda una experiencia ideal para los románticos y los aventureros.
5.- Alquilar una moto en Barcelona
Dejaros de caminatas a pie y visitas en metro. Alquilar una moto y dejaros llevar. Mucho mejor que un coche, ya que así no sentiréis tanto el tráfico de la ciudad. Algo diferente, ¿no creéis?.
6.- Un romántico paseo en globo
Las vistas serán sensacionales de la ciudad y el Mediterráneo, además de los Pirineos. Suena interesante, ¿no?. Muchas agencias de viaje de Barcelona ofrecen vuelos en globo, ¿a qué esperáis?.
7.- Barranquismo en los Pirineos
No todo es turismo de ciudad en Barcelona. Muchas oficinas de turismo os pueden ofrecer paquetes de excursiones a los Pirineos para practicar barranquismo. Así tendremos algo de aventura.
8.- Un tour en una Harley Davidson
También hay posibilidad de alquilar toda una Harley Davidson y movernos en ella por Barcelona. ¿Alguna vez os habéis preguntado cómo se verá esta ciudad a bordo de ella?.
9.- Un masaje de chocolate
Sí, sí, un masaje de chocolate. Hay muchos hoteles en Barcelona que, tras una larga caminata, ofrecen la posibilidad de un relajante masaje. Algunos incluso lo dan con chocolate.
10.- Perdernos en el Barrio Gótico
Uno de los mejores paseos por Barcelona son los que se pueden dar perdiéndonos en el Barrio Gótico. Atreveros a entrar sin mapas ni guías de viaje.
Espit Chupitos es un famoso bar de Barcelona. En realidad es una de esas atracciones que no os podéis perder si salís de noche durante vuestras vacaciones en Barcelona. A lo mejor muchos de vosotros no sabéis lo que son los chupitos. Seguramente seréis los menos, sin embargo un chupito es una bebida, por lo general con alcohol, que se sirve en vasos muy pequeñitos. La mayoría de las veces se tratan de bebidas mezcladas, y se suele beber de una vez.
La particularidad de Espit Chupitos es que ofrece una lista de 500 chupitos originales, únicos y protegidos con derechos de autor. Es decir, que podéis crear vuestro propio chupito y que os lo vendan aquí. Para más originalidad, en este local los chupitos se sirven con obras de teatro, monólogos y otros espectáculos.
Muchos de los chupitos están adornados con una pequeña llama de fuego, caramelos, crema batida, e incluso hasta un juguete sexual, conocido como Monica Lewinsky. Si deseáis algún chupito con fuego pedir los de Harry Potter o el Pacto del Diablo. Espit Chupitos también ofrece cócteles, que normalmente se sirven en vasos de litro para compartir.
Un chupito cuesta 2 euros, y el cóctel de litro diez euros. Si vais sobre la medianoche puede que esté un poco lleno y haya que esperar un poco en la barra para poder pedir. Paciencia, o bien iros haciendo hueco poco a poco. Espit Chupitos tampoco es un lugar para ir relajados con los amigos a charlar. Es más de ruido, así que si buscáis tranquilidad, a otro sitio…
Podéis encontrar algunos Espit Chupitos en diferentes partes de la ciudad. El original y más famoso en Barcelona está situado en la calle Aribau 77, en la parte derecha de la Eixample. Cerca se halla la discoteca de la Fira, un buen lugar para continuar después de tomarnos unos chupitos o algún cóctel.
Otro lugar donde podéis encontrar Espit Chupitos es en el Barrio Gótico, en Paseo Colón 8, cerca del puerto. Si estáis de fiesta en la zona de las Ramblas, concretamente cerca de la estatua de Colón, acercaros a este bar. Espit Chupitos es quizás el lugar más adecuado para empezar nuestra noche en Barcelona.
Durante las últimas semanas, nos hemos centrado en algunas de las mejores localidades costeras del litoral barcelonés. Sin embargo, sería injusto dejar de lado cualquiera de las nueve playas que conforman el extenso frente marítimo de la Ciudad Condal, un plan perfecto para hacer en agosto y durante toda la temporada veraniega.
De hecho, este enclave constituye un verdadero polo de atracción para el turismo internacional, deseoso de relajarse en las cálidas aguas del Mediterráneo tras un largo paseo por la capital catalana. En total, Barcelona cuenta con 4,5 kilómetros de playas, en los que se ofrecen todos los servicios y comodidades imaginables.
Con motivo de las profundas reformas urbanísticas llevadas a cabo a consecuencia de los Juegos Olímpicos de 1992, la fachada marítima dejó de ser uno de los puntos más anodinos de la ciudad para dar paso a uno de sus lugares más frecuentados.
Como resultado de estas intervenciones, el término municipal acoge desde ese año un total de nueve playas: ordenadas de norte a sur, Llevant, Mar Bella, Nova Mar Bella, Bogatell, Nova Icària, Barceloneta, Somorrostro, Sant Miquel y Sant Sebastià.
A todas ellas hay que sumar, además, la recién inaugurada zona de baños del Fòrum. Aunque no se trate propiamente de una playa, el recinto alberga unas gradas de cemento que se sumergen en el mar, y que ofrecen la posibilidad de disfrutar del sol en un ambiente tranquilo y poco concurrido.
Todas estas playas reúnen todas las garantías en términos de señalización, seguridad, asistencia sanitaria o preservación del entorno. Asimismo, disponen de un amplio abanico de equipamientos y servicios, así como accesos adaptados para las personas con discapacidad. Todo ello sin olvidar una amplia oferta de servicios, que serán descritos de manera más detallada la próxima semana.
Del mismo modo, tampoco hay que perder de vista que se puede llegar fácilmente desde vuestros hoteles en Barcelona a las mismas utilizando la red de transporte público (en bus o a través de la L-4 del metro), o bien haciéndolo en bicicleta, por los numerosos tramos de carril bicis habilitados junto a las playas.