La oferta nocturna de la Ciudad Condal va incluso un poco más allá de la previsible en una urbe que durante el día proporciona todo tipo de alicientes. Podría decirse que de noche Barcelona se transforma, aunque quizá sería más correcto afirmar que ofrece otra de sus múltiples caras. Y sus caras nocturnas son tan variadas como los locales que conforman su universo noctámbulo: cafés, bares, pubs, discotecas y afters de todo tipo en los que resulta casi imposible no encontrar lo que andes buscando, sea lo que sea. Hay zonas de marcha, por supuesto, pero también locales aislados en los que es posible tomarse una copa contemplando la salida del sol, bailar hasta que los pies digan basta y desayunar antes de acostarse o, en el peor de los casos, antes de ir a trabajar.
Muchos de los turistas que acuden a Barcelona lo hacen atraídos por su vida nocturna, pero hasta los que se desplazan a la ciudad por trabajo o en búsqueda de un ocio más diurno harían bien en zambullirse una noche en las aguas de la gigantesca piscina lúdica en que se ha convertido la capital catalana. No hay ni un solo barrio que no disponga de sus zonas de marcha, aunque lógicamente existen áreas más concurridas que otras. Vamos a repasar las principales.
Casco antiguo
Es quizá la zona más cosmopolita, entre otras razones porque la clientela habitual está formada mayoritariamente por turistas e inmigrantes que residen en Barcelona. Los locales son muy variados y se sitúan a ambos lados de las Ramblas, entre el Raval y el Barrio Gótico.
Eixample
La Barcelona más ordenada y cuadriculada también sabe ponerse revoltosa y pasárselo bien. Es lo que ocurre en el área que abarca la calle Valencia, la Gran Vía, el Paseo de Gracia y la calle Muntaner. Hay una gran cantidad de restaurantes que acostumbran a ser el punto de encuentro para acudir a locales musicales.
Ocio masivo
El ocio nocturno más masivo y comercial se concentra en tres puntos básicos: el Puerto Olímpico, el complejo Maremágnum, ubicado al final de las Ramblas, y el Poble Espanyol de la montaña de Montjuïc. Son los lugares favoritos de los que prefieren las grandes aglomeraciones y durante los últimos años reúnen mayoritariamente a turistas y extranjeros de múltiples nacionalidades.
Alternativos y autóctonos
El barrio de Gracia, situado en la parte alta de Barcelona, cuenta con garitos maravillosos, en los que muchos camareros son grandes conservadores y hacen que el cliente se sienta como un amigo. Se trata de una zona muy frecuentada por artistas: pintores, fotógrafos y escultores exponen a menudo sus obras en las paredes de los locales, frecuentados en su mayoría por público autóctono. Muy distinto, aunque con puntos comunes, es el caso del barrio del Poble Nou, en la antigua zona industrial y muy cerca de la Villa Olímpica. La clientela, también autóctona, es un poco más joven y se agrupa en antiguas naves industriales reconvertidas en local nocturno.
Ambiente gay
Sin tener ningún barrio que pueda compararse con el Chueca madrileño, Barcelona dispone de una vida gay muy activa y diversificada que alcanza su máximo esplendor por la noche. Abundan los locales gays en el barrio de Gracia y en todo el Eixample, hasta el punto de que en los últimos tiempos ha ganado terreno entre los más jóvenes la denominación Gaixample. Uno de los puntos de encuentro indiscutibles es el emblemático Dietrich (Consell de Cent, 255; Metro Universitat, L2), que debe su nombre a Marlene Dietrich. Baile, danza, transformismo, drag queens… Quien busque una noche loca llena de glamour escénico hará bien en pasarse por este local de ambiente. Aunque otros de los locales míticos de la Barcelona más gay son: Punto, un bar donde tomar algo antes de ir a cualquier discoteca, como las salas de Arena o Aire.
Noches de jazz
Los amantes del jazz no deberían dejar la ocasión de pasarse una noche por el Jazz Room (calle Vallmajor, 33; Metro Muntaner, Ferrocarriles Catalanes). Con una programación de auténtica calidad, ha acogido actuaciones de músicos de jazz reconocidos en todo el mundo, como Charly Watts, baterista de los Rolling Stones, o Jerry González, trompetista de la banda sonora de la película Studio 54.
Blues con bourbon
No es una propuesta que se pueda pasar por alto así como así, y menos aún si tienes algún motivo para estar triste o melancólico. Como indica su nombre, el Honky Tonk Blues Bar (Finlandia, 45; Metro Plaza de Sants, L5) está especializado en el blues. Ofrece conciertos en vivo con el local lleno a rebosar o, entre semana, un ambiente sosegado con un buen bourbon para ahuyentar la nostalgia.
Flamenco innovador
En Barcelona hay de todo. También flamenco o, para ser más concretos, locales con música y aires flamencos donde tomar una copa por la noche. Quizá el más original sea Soniquete (Milans, 5; Metro Jaume I, L4, o Liceu, L3), situado en el corazón del barrio antiguo. También está el palacio Dalmases ubicado en el barrio del Born, donde se puede tomar una copa y ver uno de sus espectáculos de flamenco.