La llegada de la Semana Santa constituye un pretexto inmejorable para conocer el municipio de Esparraguera, una pequeña localidad de la comarca del Baix Llobregat que da cabida a un tesoro cultural de primer orden: las representaciones de la “Pasión“.
Declarada como Fiesta de Interés Nacional, la escenificación de esta obra teatral —inspirada a su vez en la vida pública, la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo— es sin duda la muestra más interesante del folklore local. Con unos orígenes que se remontan al siglo XVII, esta tradición atrae cada año a un buen número de turistas. No en balde, en ella toman parte alrededor de 400 actores aficionados.
Para obtener más información sobre el horario de las funciones, que este año tendrán lugar hasta el próximo 1 de mayo, se puede consultar la web oficial de la “Passió”.
En cualquier caso, no hay que perder de vista que Esparraguera cuenta con otros reclamos turísticos, entre los que se cuenta su innegable valor paisajístico. Éste responde a la pintoresca zona que circunda la población, y que se extiende desde el emblemático macizo de Montserrat hasta el límite con la comarca de la Anoia.
Además de la puesta en escena de la “Passió”, el otro buque insignia de este pueblo barcelonés es la iglesia de Santa Eulàlia, parroquia erigida entre los siglos XVI y XVII. Se trata de un edificio de estructura gótica y decoración renacentista, en la que descuella un estilizado campanario de planta octogonal y piedra blanca. Junto a ella, se halla otro monumento destacable: la fuente de Cristòfol Vidal (1925), de factura novecentista y obra del escultor gerundense Frederic Marès (1893-1991).
Para redondear el recorrido por Esparraguera, se aconseja reseguir el itinerario por las ruinas del término y cruzar el río Llobregat. Una vez allí, en la orilla izquierda, vale la pena detenerse en el antiguo balneario de La Puda (1870). Según se dice, en el siglo XVIII, un movimiento sísmico hizo brotar manantiales de aguas sulfurosas en este lugar, al que acudieron las clases más adineradas de la sociedad catalana.
Asimismo, también es recomendable acercarse hasta la ermita de El Puig, ubicada sobre un cerro. En ella, todos los Lunes de Resurrección se celebra un encuentro popular o “aplec”.