El Liceo, o el gran teatro de la lírica barcelonesa
En enero de 1844, una junta de empresarios melómanos encargó a Joaquim de Gispert i d'Anglí, miembro de una poderosa familia de la burguesía barcelonesa, comprar el antiguo convento de los trinitarios, en el centro de la Rambla, con el fin de construir un edificio que acogiera un conservatorio de música y un gran teatro lírico Así nació lo que hoy conocemos como el Teatro Liceo. La Rambla se había convertido, gracias a la desamortización de los numerosos conventos y al derrumbe de las murallas en un espacio de gran interés urbanístico y comercial. Así que emulando los mejores teatros de Europa, se quiso convertir al Liceo en un lugar conforable y espectacular para que los señores de la ciudad y sobretodo sus mujeres lucieran ante el mundo sus mejores galas.
Inaugurado solemnemente el 4 de abril de 1847, su éxito lo convirtió en el escaparate social de una burguesía que veía reflejado en el Liceo un espacio refinado y prestigioso. Y por eso mismo se convirtió en objetivo de grupos anarquistas que el 7 de noviembre de 1893, en la noche de inauguración de la temporada, justo cuando se iba a representar Guillaume Tell, de Gioacchino Rossini lanzaron una bomba en la platea del teatro que al estallar causó una veintena de muertos. Pese a estos dramáticos episodios, por el Liceo han pasado grandes cantantes como las catalanas Victoria de los Ángeles o Montserrat Caballé, o la italiana Renata Tebaldi. En sus temporadas también han participado mezzosopranos como Fiorenza Cossotto y Elena Obraztsova, los tenores Jaume Aragall, Josep Carreras, Carlo Bergonzi y Plácido Domingo, el barítono Manuel Ausensi, así como los bajos Bonaldo Giaiotti y Justino Día. Y figuras de la escena internacional como Joan Sutherland, Gianna d'Angelo, Virginia Zeani o Bianca Berini.
El terrible incendio de 1994, que destruyó completamente las vetustas instalacions, sirvió para que la sociedad y las instituciones catalanes hicieran un esfuerzo colosal de reconstrucción que terminó con éxito completo en 1999. Sus esplendios vitrales, espejos, galerías y candelabros lucen hoy majestuosos e inmortales.